Hablemos de nuestras amigas…
La amistad es maravillosa, contar con mujeres fuertes y cercanas es alimento para el alma. Como todas las relaciones, debes alimentarla de experiencias, confianza, lealtad y honestidad. Durante nuestra vida ganamos y perdemos amigos, la gente evoluciona, las circunstancias de vida cambian y es natural que tu amistades también. Con la maternidad algunas llegan y otras se van, pero en esta etapa para algunas mujeres es más difícil la perdida de una amiga, pues en un labor tan acelerada como criar un hijo, siempre nos viene bien un café con alguien que por lo menos te escuche.
Las amigas de mamá…
Están aquellas amigas que no planean tener hijos, incluso los ven como una maldición y huyen, pero dejando una gran lección; te hacen valorar a las que realmente se quedan, Dejan una puerta abierta por la cual entra gente nueva y maravillosa.
También están aquellas amigas (nuevas o de años) que aunque no planean tener hijos pronto deciden quedarse, preguntarte por tus hijos, comentar esa foto donde se ve divino, te invitan un café sola o con tus hijos, proponen lugares donde puedan conversar sí vas acompañada de ellos, te ayudan a cargarlo para que puedas darle un sorbo a tu café, juegan con ellos mientras platican – con varias interrupciones – pero al menos están juntas. No saben mucho de hijos pero si les cuentas tropiezos y aciertos de tu maternidad hacen un esfuerzo por aconsejarte.
Otras muy emocionadas se enteran de la noticia, asisten a tu baby shower, algunas llegan al hospital a conocer al nuevo integrante y Después dejan de buscarte, empiezan los cafés y reuniones no concretados, «sí, nos vemos pronto» y de repente han pasado meses y ese «pronto» jamás llega. Sus ocupaciones y tus nuevas labores hacen más difícil poder concretar algo. Para algunas no es momento de batallar con hijos ajenos y aunque tengas la posibilidad de asistir eventualmente sin tus hijos, para ellas tu vida de madre o las interminables anécdotas y fotos de tus hijos no son de interés, algunas emiten juicios respecto a tu nueva vida y a las decisiones que has tomado desde que te convertiste en madre. Hacen un esfuerzo por verte al principio pero de pronto caen en cuenta que ahora que eres madre es momento de poner distancia de por medio. Ya no hay mucho en común.
Hay algunas amigas con las cuales has caminado de la mano parte de tu vida, incluso ahora son madres y deciden reunirse en casa de alguna, llenar de juguetes la sala y platicar de lo que más les apasiona y lo que ahora más les interesa, sus hijos. Planean juntas; comidas o cenas familiares y fantasean con una salidita solas como en los viejos tiempos y se dan cuenta que ahora tienen más en común y que sí salen solas terminaran hablando de lo mismo, sus hijos. Sueñan e idealizan juntas que será de ellos y si son de diferentes sexos hasta consuegras ya son.
Están esas amigas que toca abrazarlas a la distancia, bendita tecnología que te mantiene cerca y benditos esos grupos de whats app. Nunca he subestimado la tecnología tengo grandes amigas con las cuales he cultivado y mantenido nuestra amistad gracias a esta. Algunas ya son madres, otras están por serlo y algunas lo planean, así es que la diversidad de temas enriquece la platica.
Hay grandes amigos (hombres) que te llenan el corazón pues llegan a tu casa y toman a tu hijo en brazos y hasta se toman una selfie con él pues están orgullosos de ti y de lo que ahora eres.
Y por último están esas amigas que conociste en el profiláctico, en el kínder, en un grupo de crianza o donde sea pero son amigas nuevas, te entienden, te contienen, te guían y te apoyan. Son caras y caritas nuevas y con sus hijos se vuelven tu nuevo círculo y las pláticas se hacen interminables entre conocerse, hablar de hijos y el futuro pueden pasar horas.
Al final con la maternidad se abren un mundo de posibilidades. Tal vez esas amigas que huyeron se conviertan en madres y regresen a ti por un consejo o por algo de contención y tu corazón de madre ahora es tan grande que posiblemente volverás a abrir la puerta para que entre ella con su hijo llena de dudas, tal vez le des un abrazo y le hagas saber que todo estará bien.
Seguirás cultivando las amistades que tienes, algún día tus hijos crecerán con los de ellas y serán hermanas que tú has elegido, tías de tus hijos.
Tengo un circulo grande de amigas algunas madres y algunas aún no lo son. Aprendí que cada persona pasa por tu vida para dejarte una lección, y aprendí a distinguir una amistad valiosa de una amistad temporal o pasajera.
Hoy abrazo a mis amigas que son madres, las admiro y las quiero. Abro la puerta y mi corazón para las que algún día lo serán.