Gracias a que me pegaron soy una persona de bien
No, no es gracias a los golpes, es a pesar de ellos y tu capacidad resiliente…
Retomamos esta serie de textos que pretenden dar una respuesta lógica a frases ya muy trilladas relacionadas a los golpes y nalgaditas a tiempo. A los que hablamos de buenos tratos nos sobran argumentos.
La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal. Se habla de niños con una enorme capacidad de resiliencia al maltrato, en contraposición con aquellos que posteriormente presentan enormes problemas de adaptación a diversas actividades de su vida (escuela, establecimiento de relaciones sociales consistentes, entorno familiar, etc.), pudiendo manifestar retraimiento excesivo o una gran agresividad, que en cualquier caso les lleva a ser muy vulnerables ante los demás y a proyectar sus sentimientos de rabia contra objetos o personas.
Podría decirse que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia. Es la capacidad de sobreponerse a un estímulo adverso. El ser resiliente no es ser extraordinario: esta capacidad está en toda persona. La tarea es desarrollar esta capacidad con actitud y firmeza.
Es preferible agradecer los valores, las enseñanzas y la herencia emocional positiva que los golpes que nos propinaron durante la infancia, siendo indefensos y con la nula capacidad para defendernos. Hoy en día hay suficiente evidencia que nos ayuda a sustentar que esta práctica debe ser erradicada de todos los hogares.
Que nuestros padres lo usaran como recurso no quiere decir que es lo único o lo mejor, ahora gozamos de una cantidad inmensa de información a la cual podemos acceder con facilidad. No debería se pretexto para educar con lo que tenemos y aprendimos; criar de una forma responsable y respetuosa implica sanar nuestras propias heridas para explorar la parentalidad positiva.
Lo más importante criar sin golpes no implica criar en la permisividad o sin límites, este es un argumento que surge desde la ignorancia.
Fuente consultada:
Mi Revista PROA
Martes 16 de agosto de 2016
Cd. Acuña, Coahuila de Zaragoza
Si vas a refutar este texto con otra frase, antes lee las que ya hemos publicado:
1. Una nalgada no es un golpe y no es violencia
2. Todos los niños son diferentes y algunos necesitan de una nalgada
3. Cada quién educa cómo puede
4. Ya no se puede disciplinar, ahora te denuncian en derechos humanos
5.Más vale una nalgada a tiempo
6.Antes nos criaban con nalgadas y no estamos traumados
7. Una nalgada no daña su autoestima
8. El que escatima la vara, odia a su hijo
9. Le pego porque lo amo y lo tengo que disciplinar