Soy una feminista y humana imperfecta

Hace años era una machista más, una alienada mas al sistema, tenía conductas patriarcales como muchas otras antes de llegar al feminismo. Después me convertí en madre de dos niñas y sabía que para ellas debe haber un mundo mejor y empecé a estudiar, empecé a aspirar a ese mundo. Antes de eso fui la mujer que estuvo en un chat donde las mujeres hablaban de otras, fui la que se burló de algunas, la que critico, quién no lo haya hecho nunca que tire la primer piedra. Fui la mujer que decía “esas no son las formas”, “¿Por qué no se van de ahí si las violentan? No tienen autoestima” “La abusó porque se quedó ahí sin hacer nada”. Incluso fui «provida», creía que por mi infertilidad secundaria, por esa lucha que viví, todas las mujeres debían parir, ¿Cómo, si yo lo deseaba tanto otras no querían? Así de absurdo, de ilógico y poco empatico con la realidad de otras.

Fui la mujer que miro a otra y la juzgo por su vida, fui la que pensó; “que mala madre”, fui la que dijo: “¿Para qué se viste así? Ella se expone”, “Las mujeres que no opinen de futbol”, “Que feo que se vistan así para dar el clima”, “Es una puta” “Baja maridos”, “Vieja gorda”, “Que naca”, la que decía “Mejor amigos hombres porque las mujeres somos complicadas” y un sin fin de machismos de los cuales no me avergüenzo. ¿Por qué? porque de entrada es ignorante pensar que alguien nace feminista, vaya no nacemos ni machistas y tampoco me avergüenza porque ahora he crecido, he construido, aprendido, estudiado y me he certificado para hablar lo que hoy hablo. Forme un criterio más positivo, me he ganado la confianza de miles de mujeres. Me avergonzaría si hubiera permanecido estática, si siguiera señalando y destruyendo sin aportar. Tenía que vivir el proceso de la deconstrucción para entender que este sistema patriarcal es el que nos orilla a descalificarnos entre mujeres, es el que nos tejió la trampa y no, ¡OJO! Las mujeres no somos santas, claro que hay mujeres malas, como esas que después de 8 años quieren seguir dañando a otras y hacer escarnio de estas situaciones.

Ahora no soy perfecta, sigo trabajando día a día en identificar esos machismos, en seguir deconstruyéndome, sigo estudiando, en proceso constante de terapia, leyendo y construyendo a partir de lo que he creado y trabajado por años. Todos los días en mis medios acerco información a mujeres, genero complicidad con ellas, las leo y a veces las escucho, les ayudo con dudas personalizadas de crianza y con información en general. Hago mucho por mi comunidad porque he crecido tanto que mi obligación ahora es compartir. No me importa la opinión de gente que sigue destruyendo y siendo la misma, me importa la de mi comunidad y la de la gente que en realidad me conoce.

Sigo siendo humana, me equivoco, fallo, a veces soy soberbia, reactiva y me enojo porque son emociones normales. A veces soy Necia y defiendo mi punto y lo seguiré haciendo porque estudio para crear mi propio criterio y lo comunico para generar un impacto e influir de manera positiva en quien tenga interés. Tengo también la humildad para decir que me equivoqué, tengo muchas herramientas para gestionar y a veces me fallan porque no soy un producto terminado estoy en constante mejora.

Ayer una mujer salió a agredirme a insinuar en varios lados cosas sobre mi, no me preocupa lo que diga porque quien me conoce ahora sabe quién soy, sabe la humana sensible en la que me he convertido y la congruencia que vivo, ella no me conoce, no conoce a la Paola de ahora ¡claro, la confronté! También soy el humano que se defiende de las agresiones, no por lo que diga sino porque es doloroso saber que alguien por años me odie sin fundamento. No me preocupa esa persona, sé que hablan desde sus carencias y sus heridas. Lo que me ocupa es seguir aportando a más de un millón de mujeres que me siguen, me ocupo de ver más hacia dentro de mí y no hacía a otras, trabajo en mí y eso es lo importante.

Con total honestidad lo digo, fui machista, cometí errores, dije cosas pero no soy la mujer de hace ocho años, ni la de hace uno, soy una mujer que hoy por hoy busca ser mejor cada día. Se llama APRENDIZAJE, se llama DECONSTRUCCIÓN pero no todas están listas para aceptarlo, aprender y reconocer a otras mujeres, ojalá cada día seamos más las que vivamos entre proceso, este mes confirme el poder que tenemos juntas. Seguiré siendo una feminista imperfecta aunque eso incomode a algunas, seguiré alzando la voz y acompañando a otras mujeres, aportando un granito de arena desde lo digital.

Nadie tendrá más poder sobre mi que yo misma

Author: Paola

Soy Paola Acuña, escribir acerca de mi maternidad se ha convertido en mi pasión. Me permite acercarme a otras madres y acompañarnos en este hermoso camino que sí bien no es fácil ha sido único. Soy madre de Alondra que actualmente tiene 21 meses de edad, ella ha logrado una transformación increíble en mi vida, ser su mamá es un privilegio pues de ella he aprendido mucho. Hemos crecido, llorado, jugado y aprendido juntas.

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