Cómo «desacostumbre» a mi hija de los brazos

Durante mi embarazo escuche de todo tipo de consejos, todos los fui almacenando para estar preparada para el gran día en que debutara en el mundo de la maternidad. Mi sorpresa fue que algunos consejos no fueron muy atinados, así es que fui filtrando y deseche todos aquellos en los que mi instinto de madre recién desempacado me decía que no.

“No puedes cargarla cada que llora, te tomara la medida”, me decían algunas personas, pero sentía que mi corazón se oprimía cada que escuchaba su llanto. Decidí entonces que sí, sí podía cargarla cada que mi instinto me indicara que lo hiciera. Pasábamos todo el día juntas, ella cargada y yo haciendo malabares para hacer algunas cosas pues pasando el terrible puerperio (vaya que si fue terrible pero esa, es otra historia) tuve que reincorporarme a mis actividades. La casa quedo sola ya no había más visitas y podíamos empezar con la rutina por supuesto una nueva pues la de antes era cosa del pasado. Puse en práctica mi capacidad de improvisar y toda mi creatividad.

Pero había días en los que llorábamos juntas, no conozco una madre que no haya llorado de confusión y desesperación, llorábamos porque yo tenía la imperiosa necesidad de lavar los platos y ella de estar en mis brazos. No había forma de negociar, eran brazos en ese momento. Entonces dejaba los platos solo enjabonados, pero mi instinto me hacia la mala jugada y me preguntaba; “de verdad ya se acostumbró a los brazos?” pero aún con la duda yo respondía a su petición. Todo nuestro día era así, yo haciendo las cosas a la mitad y ella necesitando mi calor.

Dudaba varias veces al día y me preguntaba si todo eso que la gente decía era cierto, “se está volviendo dependiente”, “no te dejara hacer nada”. Era una disputa entre lo que me decían, lo que pasaba y lo que mi instinto y corazón me dictaban. Volvíamos a empezar el día. Sin darme cuenta pasaron meses poco a poco me convertí en una experta “multitask” era capaz de estar lavando los platos, mover a la sopa y hacer un show espectacular de brincos y cantos para que Torbellino estuviera distraída y aguantara cinco minutitos más en la silla en lo que mamá terminaba. Finalizadas las labores era toda suya, entregaba de lleno mis brazos a ella.

Pasaron algunos meses más y ella comenzó a gatear, después a caminar y ahora a hablar. Ya no me pide brazos! Así es, al parecer no se acostumbró, si las cosas son como la gente dice seguiría colgada a mí. Lo único que hice para “desacostumbrarla” fue responder a sus necesidades en el momento que así lo requería. Ahora que es independiente (no, aún no se ha ido a vivir sola) solo cuando tiene sueño, está cansada o llora por algo es cuando abre sus brazos hacia mí y ahora que lo pienso me entristece, la extraño.

Extraño sentir su pequeño cuerpo encima del mío, solíamos dormir así los primeros meses pues solo así conciliaba el sueño y descansábamos ambas, extraño cuando estaba dentro del fular sintiendo su corazón y el mío desbordaba de amor, extraño ir por la calle con ella en brazos, extraño esa imagen mía de madre poderosa y fuerte que protege a su hija con su propio cuerpo. Me hace falta volver a llevarla en brazos pero ya no los necesita como antes, ahora necesita de mi de otra forma. Ojala no se hubiera “desacostumbrado” tan rápido, apenas tiene 2 años.

No me di cuenta en que momento creció ni en qué momento la solté para que creciera ahora solo de mi mano. Si la madre que fui hace dos años supiera que estaba haciendo lo correcto no dudaría tanto, confiaría más en su instinto y las malas jugadas que me hacía pasar y sobre todo se preocuparía menos por los platos. Crecen tan rápido que uno o dos años en brazos es muy poco comparado con su vida, algún día serán adolescentes y no querrán que mamá los abrace y los bese en frente de sus amigos. Después serán adultos y partirán. Si tú te cuestionas cada día si tu hijo se está acostumbrando a los brazos te puedo decir que no. No límites los brazos a tus hijos los vas a extrañar en poco tiempo, te lo puedo asegurar. Abrázalo, ellos son nuestro mundo.

Abraza tu mundo

.1454893_10151815427443301_1808109725_n

Author: Mi vida de madre

Share This Post On