¿Tu hijo dice groserías?

La mía también…

¿Cómo paso esto, Dioooooos? 

Así como lo lees, resulta que mi lenguaje en ocasiones es florido. Las uso eventualmente, creo que las escribo más  de lo que realmente las digo y a eso súmale que papá también las usa. No tengo como defenderme, las digo y no culpo a mis padres. He de contarte que mi papá, jamás JAMÁS ha dicho groserías enfrente de mí o mis hermanas. Seguro las dice con sus amigos o en otro lado pero desde que tengo memoria, de su boca nunca ha salido una maldición, por muy enojado que esté, se las aguanta. Lo admiro, no sé cómo le hace. Siempre ha argumentado que somos mujeres y por respeto, también dice que una mujer se oye mal diciendo groserías (Si me escuchará con mis amigas, me quita el apellido). Debí seguir su ejemplo, pero en algún lado las aprendí. (Si me lees padre, espero no decepcionarte jaja)

El punto es que mi hija empezó a hablar antes de los dos años y hasta ahora empezó a repetirlas. Han sido 3 ocasiones, hasta las he contado. No le puedo echar la culpa a nadie, ojalá pudiera decir que es por ver a Peppa Pig. Soy honesta, las escucho aquí y casi, casiiii me infarto cuando la escuché. Aunque no las usamos para ofender, son parte espontánea y horrible de nuestro lenguaje.

Siempre hablo de que los niños son el reflejo de sus padres y en algo como esto podemos comprobarlo. Si tu lenguaje es muy pulcro, tanto que podrían invitarte a cenar a Buckingham, te felicito, no tendrás que preocuparte por esto.

Pero si eres como yo que eventualmente se te escapa un “ay wey”, “chingao” pues te daré unos consejos para  que los pongamos en práctica desde ya;

  1. No culpes a nadie, si tú las dices es el resultado de eso
  2. Haz un esfuerzo por no decirlas al menos en frente de ellos, sé que cuesta pues las tenemos muy habituadas, pero sí es posible evitarlas poco a poco.
  3. No hagas un escándalo, si lo haces sabrá que surte efecto en ti, anclarás la experiencia y la palabrota difícilmente se le olvidará
  4. Pregunta en dónde la escucho. En caso de que algún compañero la traiga de moda o a menos que él, sea ese compañero y te diga que papá la dice. Con más razón, seguro no vas a querer encima a la junta de padres de familia de la escuela
  5. No te rías, ¡Ya sé! confieso que mi primera reacción fue de sorpresa pero de ahí pase casi a la risa, pero ¡Noooooooo! Detente no hay nada que los haga más felices que hacerte reír, si lo haces, será difícil que deje de hacerlo
  6. Hazle saber que eso no se dice, es algo incongruente si tú las dices pero de igual forma dile y pon en práctica el número 2
  7. Vale la pena revisar a detalle qué tipo de contenido está viendo en TV o tabletas
  8. Ofrece alternativas, si las usa mientras se enoja propon una nueva palabra 
  9. ¿Ya te dije que evites decirlas? Bueno, eso es lo más importante

Un niño que dice malas palabras de inmediato se gana la etiqueta de “grosero” y en realidad ellos solo repiten. No tienen ni idea de lo están diciendo. En mi caso que han sido pocas veces estamos súper a tiempo de trabajarlo, pero si tu niño ya las tiene como parte de su vocabulario, tendrás un reto mayor. No, no está bien que digan groserías y no se escuchan bien, vaya ni nosotros pero ellos aún son pequeños y debemos fomentar lo positivo.

Mi reto de las siguientes semanas es no decirlas, ¿Te unes?

Si eres del grupo de los que podrían cenar en Buckingham  haz caso omiso a este post y disculpa tan osada anécdota. 

Author: Paola

Soy Paola Acuña, escribir acerca de mi maternidad se ha convertido en mi pasión. Me permite acercarme a otras madres y acompañarnos en este hermoso camino que sí bien no es fácil ha sido único. Soy madre de Alondra que actualmente tiene 21 meses de edad, ella ha logrado una transformación increíble en mi vida, ser su mamá es un privilegio pues de ella he aprendido mucho. Hemos crecido, llorado, jugado y aprendido juntas.

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