Reconciliarse con el lado espiritual

Se dice que no se debe hablar de religión política y fútbol por ser temas muy controversiales, cada quien tiene su postura y es difícil llegar a un acuerdo.

En mi familia me educaron con la religión católica así es que me apegue a eso; a sus costumbres y mandatos. Aun así no me consideraba muy religiosa, alguna vez caí en el ateísmo o me definía como “agnóstica” es decir, no creía ni desmentía la existencia de Dios. Eso fue en mi etapa de buscar y comprender mi lado espiritual. Poco a poco me encontré con ese lado y decidí que compartía algunas de las enseñanzas de mis padres y la religión.

Aun así, no soy del tipo de persona que acude a misa cada domingo, me case por la iglesia y fue ahí cuando decidí que quería que la familia que estaba formando tuviera sus bases y creencias sobre algo a lo que pudiéramos acercarnos en tiempos difíciles.

Creo que toda persona debe reconciliarse con ese “yo espiritual” no importa que religión o por cual tipo de iglesia se apueste, lo importante es encontrar el equilibrio que nos permita mantener la fe y pensar que siempre hay algo más grande o poderoso que el mismo hombre, no podemos ser tan soberbios y colocarnos en el centro del mundo.

Cuando me embarace busque de nuevo mi lado religioso y cada noche pedía por la salud de mi hija, pedía a Dios que naciera bien y me diera la fortaleza y luz necesaria para encaminarla de forma correcta, de eso me sostenido desde que soy madre. Hace poco decidí que quería para mi hija una educación religiosa, considerando que a mí a veces la iglesia me hace titubear. Pensé en que por medio de la escuela aprendería esa parte que mamá a veces tiene que volver a negociar.

Cuando analizo mi relación con la religión me doy cuenta que en lo que fallo es en ir a la iglesia, me parece la parte engorrosa de esto. Creo que ir al templo debe hacerse no por obligación sino por gusto, por atender a tu lado espiritual e ir a conversar con él. Siempre que recrimino a mí misma por no ir, llego a una conclusión muy simple; a Dios le agrada más que sea buena persona, que ayude al prójimo, que ame a mi familia, que no juzgue, que lleve mi vida de la forma más recta posible y eso no me cuesta trabajo.

Ahora que mi pequeña es más consciente de algunas cosas he optado por hablar de Dios, orar algunas veces con ella, mostrarle imágenes ( por cierto le dan miedo) y llevarla eventualmente al templo para que ella pueda generar una relación con el tema. Cuando ella sea mayor será opcional que elija el camino del catolicismo pero definitivamente quiero enseñarle que debe creer en algo, que vendrá bien a su alma en algunas situaciones y que comprenda que sostener la fe en algo mantendrá su lado espiritual alimentado, ya veremos cuando sea mayor que decide por lo pronto mamá sigue trabajando en hablarle del tema y hacer un esfuerzo por mantener su vida religiosa activa, algo incongruente lo sé.

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Author: Paola

Soy Paola Acuña, escribir acerca de mi maternidad se ha convertido en mi pasión. Me permite acercarme a otras madres y acompañarnos en este hermoso camino que sí bien no es fácil ha sido único. Soy madre de Alondra que actualmente tiene 21 meses de edad, ella ha logrado una transformación increíble en mi vida, ser su mamá es un privilegio pues de ella he aprendido mucho. Hemos crecido, llorado, jugado y aprendido juntas.

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