Mi ridícula lista de lo que no haría cuando fuera madre

Que pesadas somos antes de ser madres, no solo pesadas algo engreídas o bueno, al menos yo lo fui. Criaba hijos perfectos antes de concebirlos o tan siquiera pensar en tenerlos. Señalaba a los de otros con el argumento de “si yo fuera la mamá de ese niño”.

A mi versión de ahora le dan ganas de gritarle “cállate a tiempo”, en verdad tenemos toda la sabiduría maternal sin siquiera serlo. Ojalá la tuviera ahora que a veces la necesito.

Entre todo mi ego “pre mamá” hice una lista de cosas (en mi cabeza) que no quería para mi hijo y termine haciendo. Claro es válido planear y saber que quieres para el futuro pero he aprendido que en el caso de los hijos es mejor dejarse fluir porque cuando llegan. Quizá termines olvidando todos tus maravillosos e idealizados planes. Si no eres mamá y me lees; ahórrate la lista o hazla y luego ríete de ella.

Seguro ya has leído millones de listas así en otros blogs y claro que hay millones pues todas las madres las hicimos alguna vez, aquí te va la mía…

piecito

  1. No comerá en la cama; IMPENSABLE! Es un cochinero, es de flojas. Ahora prefiero subir unas cuantas galletas que bajar y hacer toda la propiedad de la silla, el babero, etc etc. Aunque amanezca con unas cuantas migajas en el cachete, en fin siempre hay tiempo de limpiar (ajaaa!)
  2. Jamás me hará un berrinche en público; bueno, es que en realidad era una mujer desinformada, no sabía que son normales y a veces inevitables (me trago mis palabras)
  3. No usará tablets ni ipads; este es un tema sensible, aún me resisto pero cuando ya no hay opción,o vamos a viajar pues no hay más remedio que recurrir al invento de Steve Jobs
  4. No dejaré de hacer mis cosas;  mi lema era «el bebé llego y él se adapta». Mi casa, mi vida social todo estaría en orden, TODO. Claro, me sentía super woman y pues tristemente no lo soy y en realidad ahora mis prioridades son otras.
  5. Nunca renunciaría a mi carrera por quedarme en casa; otro IMPENSABLE. Creía  que la realización femenina en estos tiempos, es en una oficina. Ahora pienso que está en lo que te haga feliz
  6. Compartir la cama; JAMÁS la cama era de papá y mamá (aquí te cuento) pero llego el cansancio, las noches de mucha leche, el reflujo y las pocas o nulas ganas de pararme a moverla a su cuna, pero sobre todo mis ganas de sentir su diminuto cuerpo a un lado.
  7. Nunca usará una correa como si fuera mi mascota; en realidad la usamos una vez, descubrí que no la necesitamos peroooo hay niños que sí, úsala sin pena es por seguridad
  8. Nunca comerán papas ni golosinas; eventualmente yo las como ¿Por qué habría de privarla de tan deliciosos manjares en una fiesta?
  9. Verme desarreglada; tacón, bolsa, maquillaje y vestuario impecable era mi lema. Me da un poco de risa porque los primeros meses cambio a “pantufla, pijama, vomito de leche, pelo alborotado” y poco a poco fui ganando terreno ahí. Ahora sí. nos organizamos perfecto y salimos las dos impecables, eso sí, yo sin tacones (lagrimita, aquí te cuento)
  10. No seriamos el típico cliché «niña de ballet o niña princesa», ella iba a elegir sus actividades y pues terminamos siendo un hermoso cliché en tutú rosa. Lo ama, y también ser princesa, no me toca elegir eso para ella y eventualmente iba a tener contacto con todo así es que no quiero limitar su personalidad, ademas que nosotras disfrutamos todo lo que a ellos les hace feliz. ¿Quién soy yo para decidir sobre eso, solo por mis pretensiones intelectualoides acerca del cliché? Somos unas bellas princesas en tutu  y FELICES.

Todas alguna vez sin ser madres, hicimos planes pues teníamos claro que no queríamos para cuando nuestros hijos llegarán, pero en cuanto llegan la historia es diferente.

No te culpo si no eres madre y miras a los hijos de otras con tu ojo crítico y juicioso, las que somos madre nos sentaremos a esperar el día en que tu lista se convierta en motivo de risa, como la mía el día de hoy.

Author: Paola

Soy Paola Acuña, escribir acerca de mi maternidad se ha convertido en mi pasión. Me permite acercarme a otras madres y acompañarnos en este hermoso camino que sí bien no es fácil ha sido único. Soy madre de Alondra que actualmente tiene 21 meses de edad, ella ha logrado una transformación increíble en mi vida, ser su mamá es un privilegio pues de ella he aprendido mucho. Hemos crecido, llorado, jugado y aprendido juntas.

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