El nuevo mal de muchos; NIÑOFOBIA

Hace una semanas leí una nota en la revista Chilango, donde se hablaba de la nueva tendencia de segregar a los niños por comodidad de los adultos (puedes leerla aquí) La nota no llamo tanto mi atención como los comentarios en la fanpage (ya te había contado de mi hábito de leer comentarios);

«Los derechos de sus hijos terminan dónde empiezan los míos de comer tranquilo»

«Enseñen a sus hijos a comportarse»

«Es horrible pasar horas oyendo a un engendro del infierno llorar»

«Jaulas especiales para escuincles»

«Es un fastidio ir a cines y restaurantes con niños llorando»

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Me preocupa de sobre manera lo intolerante que se ha vuelto la gente, el concepto en el que se ha puesto a los niños, la falta de empatía, las comparaciones tan lamentables que se hacen y la falta de lo más básico; RESPETO.

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Muchos de los comentarios hablaban acerca de los aviones y justo recordé que hace unas semanas tome un vuelo, mi hija no iba molestando a nadie, solo iba platicando conmigo, cada que ella hablaba nuestra compañera de asiento se aventaba contra el sillón molesta, se cruzaba de brazos, me miraba insistentemente, quizá esperaba que le pidiera a mi hija que guardara silencio. Era un vuelo de 40 minutos al DF. ¿Quién era la niña, la que hacía el berrinche contra el sillón o mi hija que iba conversando como una personita normal? De no ser porque hablábamos de caricaturas podría decir que el adulto parecía ella.  

Para un niño un vuelo resulta estresante, es un lugar dónde no puede desplazarse y nos guste o no, los niños son activos, lo necesitan. Es lógico que se inquieten, confieso que en vuelos largos yo misma llego a ponerme ansiosa, ¿Qué podemos esperar de un niño?. La madre va nerviosa y/o estresada porque obvio, no quiere incomodar a nadie (viajamos ya con miedo) empieza a darle mil instrucciones al niño; siéntate, no golpees el asiento de adelante, habla bajo, no tires las cosas y demás, es natural que el niño se contagie de ese estrés. Cuando se trata de un bebé…¿De verdad tenemos que explicarlo? Bueno, la presión produce molestia en sus oídos, a veces van incómodos, el ambiente para ellos es tenso, es una experiencia a la que no están acostumbrados y puede detonar el llanto, es la única forma en la que se puede expresar.

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Pero antes de todo lo anterior, hay algo más importante; la madre y su hijo pagaron un vuelo al mismo costo que los más de 200 pasajeros de un vuelo comercial, subirte a un avión tiene sus riesgos; puede ser desde un bebé llorando hasta alguien que se duerma y ronque, alguien que vaya comiendo con la boca abierta, alguien que hable con altavoz o alguien que vaya enfermo y no pare de toser, la lista es larga. No solo los niños son molestos también los adultos, pero la diferencia es que en su condición, un niño no puede defenderse. ¡Que injusto!

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Hace unos días en la colaboración que hice para Momzilla Mx (puedes leerla aquí) hablaba justo de todo esto. Hoy retomo un poco el tema porque me deja inquieta la postura de una gran mayoría. Ahora le ponen nombre «niñofobia», como si las fobias no tuvieran un trasfondo psicológico muy fuerte. Vivimos en SOCIEDAD y los niños como parte fundamental de esta tienen el mismo derecho de tránsito y de asistir a los lugares que sus madres crean convenientes. Negar el acceso a algo tan básico como un restaurante o un avión es violatorio. Estoy de acuerdo con algo de los comentarios, el cine no es lugar para ellos hasta cierta edad y más por su tranquilidad, no la ajena; el clima, los germenes, el sonido, las imágenes no son aptas para ellos al menos hasta los 2 o 3 años. Si como adultos entras a ver Buscando a Dory, omite tus comentarios al respecto.

Si las madres somos las primeras en decir; «nadie tiene porque soportar a mi hijo» estamos dando pie a que sean segregados o discriminados y estamos consintiendo este tipo de prácticas, no vas a colgarle a tus hijos a nadie solo hablamos de tolerancia. Si un niño se porta como tal, o hace un par de travesuras es etiquetado como “mal portado” y de inmediato se pone en tela de juicio la capacidad de un padre de criar. ¿Qué fuerte no? Al menos para mí es muy fuerte y preocupante, queremos que los niños tengan valores y nosotros los hemos ido perdiendo como sociedad. 

Vamoooos los niños no SON MALOS, son niños, actúan como tal, ¿por qué es tan difícil entenderlo? ¿Por qué los tratamos como delicuentes? Al menos a mí me cuesta entender la parte dónde se perdió todo rastro de empatía.

Author: Paola

Soy Paola Acuña, escribir acerca de mi maternidad se ha convertido en mi pasión. Me permite acercarme a otras madres y acompañarnos en este hermoso camino que sí bien no es fácil ha sido único. Soy madre de Alondra que actualmente tiene 21 meses de edad, ella ha logrado una transformación increíble en mi vida, ser su mamá es un privilegio pues de ella he aprendido mucho. Hemos crecido, llorado, jugado y aprendido juntas.

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