El cajón de las ganas

El mayor reto de la paternidad es no perderse entre las responsabilidades de los hijos y el hogar. Limitar las conversaciones a; «ya no hay pañales», «te toca bañar a los niños». Irse a la cama y darse cuenta que día se les fue entre lavar los platos, sacar ropa de la lavadora, llegar cansados y abrumados por temas de la oficina. Olvidar aquellos paseos tomados de la mano, esas noches donde solo se abrazaban y tenían esa cercanía emocional. Dejar la sexualidad a un lado porque están cansados o simplemente el libido se fue. Dejar a un lado esos abrazos y besos espontáneos porque la rutina te come y viva, sin oportunidad de escapar de ella. Esquivar esas miradas profundas acompañadas de suspiros, no despedirte al salir porque entre los hijos, la mochila y sacar la basura olvidaste dar un beso y desear buen día. Optar por no pintar tus labios porque ya no hay nadie que quite el labial.

¿A dónde se fue todo eso? ¿En dónde lo guardaste? Quizá está en ese cajón donde guardaste también la lencería sexy, a la que de vez en cuando echas un ojo pero lo terminas cerrando porque tus ojos también se cierran de cansancio.

Abajo de ese cajón… ábrelo, anímate. Ahí está el cajón de las ganas; en ese cajón encontrarás todo aquello que tienen en común y los unió, aquellas diferencias que los hace únicos e interesantes, está el “SÍ” cuando aceptaste estar a su lado, están los planes y proyectos para el futuro, están las fotos que se dieron, las cartas que se enviaron, está el deseo, la mirada que te enamoró, las experiencias, lo cafés que se tomaron, las risas juntos sobre todo el gran amor que se tienen.

Sé que es fácil acumular más en el cajón del olvido que en el de las ganas pero te tengo buenas noticias el segundo cajón tiene mucho espacio cabe todo lo que has guardado en el otro y le queda el espacio suficiente, para seguir acumulando lo bueno. Re organízalos.

Si decides guardar más en el del olvido pasaran los años y llegará un momento que no quepa más. Los hijos se habrán ido y te darás cuenta que aquello que los mantenía unidos ya está lejos.

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Sé que hemos puesto a los hijos como prioridad pero háganse prioridad ustedes, como pareja. De no estar juntos, de no amarse, no hubieran llegado tan lejos.

Estoy segura que él te ama, le gusta ver en lo que te has convertido, admira tu cuerpo por tu capacidad de dar vida. Dónde tú ves estrías y flacidez, él ve amor.

Tú disfrutas de ellos juntos, cuando juegan, ríen, cuando toma su mano delicadamente para caminar entre la gente.

No son los mismos de antes pero esfuérzate por re encontrar todo aquello que has dejado en pausa por cambiar pañales. Oblígate a dedicarle tiempo a él, haz un esfuerzo por dejar de lado el cansancio y entregarte a la pasión.

Vuelve a tomar su mano y no la sueltes, están juntos en esta aventura, se tienen uno al otro y en unos años estarán como empezaron pero las conversaciones serán más largas y más placenteras.

Acumula en el cajón de las ganas no en el del olvido.

Author: Paola

Soy Paola Acuña, escribir acerca de mi maternidad se ha convertido en mi pasión. Me permite acercarme a otras madres y acompañarnos en este hermoso camino que sí bien no es fácil ha sido único. Soy madre de Alondra que actualmente tiene 21 meses de edad, ella ha logrado una transformación increíble en mi vida, ser su mamá es un privilegio pues de ella he aprendido mucho. Hemos crecido, llorado, jugado y aprendido juntas.

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