10 cosas que quiero que mi hija aprenda de mí

Un día crees que lo sabes todo, eres joven pero aun así, sientes que has vivido lo suficiente y estás lista para comerte al mundo. Después tienes hijos, empiezan a preguntar “¿por qué?” un millón de veces al día  y caes en cuenta que sabes poco de la vida.

A veces no tengo la respuesta a todo, mis gustos y aficiones no son las mismas que las de otros, incluso puede que algún día sean muy diferentes a las de mi hija. Sus dudas son muchas tiene 3 años y aunque podrían no ser tan complejas, encontrar las respuestas simples para que aprenda, me toma algunos minutos y requiere de toda mi creatividad.  

Algo tengo muy claro, ella aprende de mí a cada segundo y por supuesto, yo de ella, no soy tan ingenua para creer que solo yo puedo enseñarle, hay días que creo que yo he aprendido más de ella.También tengo claro que es lo que me gustaría que ella aprendiera de mi. Por ahora no me interesa explicarle de economía, política, de fútbol o de la globalización. Estoy segura que eso lo aprenderá en la escuela, en la TV, con sus amigos o seguro papá le hable de deportes algún día.  Sé que puedo aportar mucho a su aprendizaje intelectual pero hay cosas más valiosas que puede aprender de mí:

 

  1. Empatía (amo esta palabra); me gusta ser empática con el mundo que me rodea, con las situaciones del otro, ponerme en sus zapatos y estar. Sino tengo las herramientas para ayudar en ese momento, mi mejor aporte es escuchar y dar algunas palabras de aliento. Hago un esfuerzo por entender al otro y sobre todo por no minimizar su sentir.
  2. No vivir de egos; el ego no nos lleva a nada. Mi padre siempre dice que el camino para todo, es la humildad. Reconocer mis limitaciones pero identificar mis logros, sin enaltecerlos, ni buscar la validación de otros. Eso sí, siempre sentirse orgullosa sin hacer mucho ruido.
  3. No dejarse caer cuando alguien le diga que no puede o no sabe hacerlo; deje de hacer muchas cosas por no confiar en mi misma. Hace poco me di cuenta que no importa que diga el otro, mientras eche mano de mi seguridad, de mis ganas de seguir adelante, puedo lograr mucho, por supuesto reconociendo mis áreas de oportunidad para poder trabajar en ellas.
  4. Cuidar sus palabras; siempre lo que hago o digo es con las mejores intenciones, intento pensar en el otro, en cómo me sentiría si me lo dijeran a mí. Siempre busco los mejores modos para decir lo que pienso y siento. Creo que puede ser una virtud que algún día le abra puertas con la gente, DIPLOMACÍA, diría mi padre.  
  5. Mi sentido del humor; soy el mejor público de cualquier chiste, me río de todo. Mis hermanas y yo solíamos decir que éramos simples para reír y siendo honesta, lo disfruto. Eso me ha vuelto creativa para también aventarme algún chiste que hace sonreír a mi esposo o mi hija. El sentido del humor es un aliado de la actitud positiva. Mi padre tiene una gracia envidiable y es un virtud que admiro mucho de él. No importa que el destino sea incierto siempre ríe o dice algo gracioso. Gracias a eso se mantiene joven por dentro y fuera.
  6. La pasión; no importa lo que haga o cómo lo haga, lo que se hace con amor, entrega y pasión es lo más gratificante. Solo que no confunda la pasión con la obsesión (como yo que suelo hacerlo seguido) es una delgada línea que le resta mucho al resultado. Día a día trabajo para que eso no lo aprenda de mi (ufff)
  7. Soñar; esto los disfruto tanto. No importa qué sueñe pero que nunca deje de hacerlo. Mi padre es un soñador empedernido, cuando sus ojos se van hacia arriba y pone su dedo en la boca, sé que está planeando y soñando. Es mi mejor ejemplo de lucha y de que nunca debes quitar el dedo del renglón, al final todo llega y sino llega, al menos disfrutaste el sueño.
  8. El amor por la familia; la familia siempre es primero, al final del día son ellos los que siempre están. En momentos difíciles no estará tu jefe, tu socio o tus clientes, están ellos, esa gente que puede resultar un caos pero que al final nunca te falla. Lo aprendí de mi madre, hasta la fecha su mayor felicidad es dar amor a su familia; la entrega que veo en sus ojos cuando despierta muy temprano a preparar el desayuno o un café, no la he visto nunca en nadie más.
  9. Ser sensible a la realidad social y ayudar; de nada sirve conocerla si solo nos dedicamos a quejarnos y no somos parte de la solución. No importa como decida ayudar pero que aprenda ese espíritu altruista de mí, me hará sentir satisfecha. Es muy importante que no viva en una burbuja y que sea tan humana como sea posible, que no distinga entre clase social o color, que ame a su prójimo y siempre tenga una mano disponible para ayudar.
  10. Cocinar; noooo, no será menos feminista si cocina. Tampoco será sano que coma enlatados de por vida ¿o sí? No estoy diciendo que cocine abnegadamente para su esposo, vaya,  si lo hace y es feliz, ¿qué más da? Aprendí a cocinar de mi madre y en mi familia, como en muchas familias mexicanas, la comida lleva una carga sentimental. Cuando voy con mi madre, hace un delicioso arroz con leche porque ella sabe que podría comerme un kilo de tan bueno que le queda. Sí, quiero que aprenda conmigo y que herede el sazón de su abuela. (perdón por brincarme mi lado feminista esta vez pero algo debe comer ¿no?)

 

Esto es lo que me interesa que aprenda de mí, sin duda me sentaré a hacer la tarea en unos años y tendré que actualizarme, incluso volveré a cursar la primaria con ella, veré la adolescencia desde afuera  y aprenderé cosas que quizá no sabía pero todo lo anterior solo de mi lo puede aprender.

Es el lado positivo de su madre, lo que quiero heredar, existe por supuesto lo malo que también puede aprender pero trabajo día a día para que ella solo aprenda lo mejor, suena difícil ¿verdad? Ya te había dicho, soy soñadora como mi padre.

Author: Paola

Soy Paola Acuña, escribir acerca de mi maternidad se ha convertido en mi pasión. Me permite acercarme a otras madres y acompañarnos en este hermoso camino que sí bien no es fácil ha sido único. Soy madre de Alondra que actualmente tiene 21 meses de edad, ella ha logrado una transformación increíble en mi vida, ser su mamá es un privilegio pues de ella he aprendido mucho. Hemos crecido, llorado, jugado y aprendido juntas.

Share This Post On